Miquel Silvestre se dispone a dormir de vivac en el páramo y se prepara una frugal cena. A la mañana siguiente despertará dentro de la tienda de campaña y deberá afrontar una dura etapa de senderos embarrados, polvo y piedras. Perdido en mitad de la desolación buscará desesperadamente un lugar habitado donde poder comer, beber y repostar gasolina para su Gorda. Pero no será fácil.
Miquel Silvestre tiene que superar numerosas dificultades para encontrar la dirección correcta, algo de combustible o incluso comer y beber porque Mongolia se revela con un inmenso país desolado donde resulta difícil viajar en moto porque el asfalto desaparece.
Miquel Silvestre llega a una ciudad mediana de Mongolia y allí podrá profundizar en una peculiaridad de este remoto país: su religiosidad basada en el budismo tibetano, en los templos y en sus monjes, que ejercían el poder político antes del comunismo del siglo XX. El camino le traerá una sorpres...
Miquel Silvestre ha conocido a Oleg, un motorista ruso con el que decide viajar algunas jornadas. Juntos se internan en la verde estepa sin asfaltar mientras el tiempo amenaza lluvia. Los dos amigos recorren un escenario desierto y desolado, cuyos únicos habitantes parecen ser los caballos salvaj...